Tres. Son tres ángeles. Son tres los ángeles que han comenzado su danza sobre la punta de un alfiler. Tres ángeles livianos e invisibles. Tres ángeles etéreos.
Cuatro. Son cuatro, cuatro ángeles los que se suman a la coreografía divina. Siete, son siete ahora los ángeles danzantes. Siete ángeles que danzan en la punta sutil del alfiler.
Seis. Son seis los ángeles que mueren, que han muerto asesinados antes de que raye el alba. Y es un ángel, el séptimo, quien los contempla. Es solamente un ángel. Uno que sostiene todavía entre los dedos el cuchillo ensangrentado. Y el ángel, en el esquivo instante que separa a un segundo del que lo sucede, alza el cuchillo y se suicida.
Oh creyentes, vosotros los que habéis depositado vuestra fe en el mayor de los Misterios, decid: ¿cuál es la Voluntad de Dios?
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Suma teológica se publicó aquí: El mal de Samsa.