A babor y a estribor se parte el agua.
El témpano ya emerge, está emergiendo. Mayúsculo. Frontal.
Ballena azul
Su existencia es de tal forma inocultable.
Un bramido recorre la península.
Ballena gris
Bajel de velas invisibles y sin remos.
¿Qué motor primitivo te lanzó contra la proa de esos hombres desdichados?
Ballena blanca
En torno a un ciego eje el mundo gira.
Es ley aquí: comer y ser comido. Por última vez desayunaba el tiburón.
Ballena negra y blanca
Ahora la ves, ahora no la ves.
La evolución la bendijo con un fino camuflaje.
Ballena de agua
¡Mira! Ese relámpago firme
corta la ola en dos.
Ballena de fuego
Una isla errante.
Una verdad impuesta por un leviatán severo.
Ballena de tierra
Tu espiráculo está vuelto de revés.
A ti misma, hermosa amiga, te respiras.
Ballena de aire
Suenas a la profundidad en que se ahogan los remeros.
Al viento entre las cañas. A eso suenas.
Ballena de sonidos
Las ondas del estanque.
Una mano infantil colmada de guijarros.
Ballena en el paisaje
¿Somos también los viajeros de esta nave colosal:
una ballena que nos lleva a cuestas, cargada de todo lo que somos y seremos?
Ballena de esplendor
La soledad. El silencio amoroso de esta agua en que nos abandonamos.
Esta agua que la luz no hiere. Noche tras noche. Las noches se suceden.
Ballena abismal
El agua es pesada y nosotras nos volvemos pesadas como el agua.
El agua es hielo líquido. Nosotras nos volvemos, como el hielo, una errabunda estatua.
Ballena fija en una imagen en el sueño
Como un pez sin cuerpo y sin imagen. Uno que nunca has visto.
Pero lo piensas en la profundidad y sientes su mirada que te encuentra. Tal es el secreto.
Ballena de silencio
Madre de sombra, te presiento. Traspone tu marea el umbral de nuestros sueños.
Cosechas a los náufragos, los guardas en tu seno. Ruega, señora, ruega por ellos.
Ballena de noche
En medio del agua oscura
desenrolla su espiral —su canto es a colores— la galaxia.
Ballena de estrellas
El bosquejo de una isla de perfil.
Se parece a lo liviano de las cosas.
Ballena de papel
¿La cabeza despeinada de Medusa? La cabeza. Las serpientes. Las mil colas
elásticas. Cascada. Cascada de libélulas.
Ballena en un enjambre de ballenas
He perdido la cuenta de las olas.
Ante las puertas de la vida una fiesta nos aguarda.
Ballena entre ballenas, hiperbórea
Conozcan a mi hijo. Pero no lo despierten.
En su sueño lo visitan los delfines y un carruaje de hipocampos.
Ballena de sola transparencia
Una gaviota se posa en la imperial aleta.
Agua y aire se tocan, los viejos camaradas.
Por un instante —solamente es un instante— vuelve a la calma el mar.
Ballena de sal
Nota del autor: este poema o serie encadenada de poemas breves iba a pertenecer a mi libro Todas las ballenas. De alguna manera no cuadró con la edición final del libro, con sus capítulos y sus intenciones comunicativas. Al Inventario de ballenas lo mueve una emotividad distinta, aunque no sabría precisar cuál es esa emotividad. En cualquier caso, se ofrece aquí el poema con el fin de cerrar el expediente.